Archivos de diario de agosto 2017

19 de agosto de 2017

Sobre registros olvidados, identificaciones erróneas y sorpresas

Las aves me fascinan. En realidad no conozco a alguien a quien expresamente no le gusten las aves; la mayoría de nosotros las asociamos con belleza, libertad, paz. Aunque todas las formas de vida son maravillosas, las aves, con su diversidad de morfologías, colores y conductas, me cautivaron desde pequeño. El interés se avivó cuando tenía 20 años y estaba a mitad de la carrera de Biología en la Facultad de Ciencias de la UNAM, hace ya seis años.

Hace poco más de un año (abril 2016) creé mi cuenta en Naturalista, con el fin de compartir algunas de las imágenes que tenía- y digo algunas, porque perdí muchas o tontamente las borré porque "ocupaban demasiado espacio en mi disco duro". Poco a poco fui más asiduo a la plataforma, hasta el punto en que era casi adictivo revisar los registros de aves (y con el tiempo, de otros grupos biológicos).

No es de extrañar que las aves sean uno de los grupos mejor representados en Naturalista. Son animales conspicuos y atractivos, lo cual facilita la acumulación e ingreso de gran cantidad de fotografías. Por la misma razón, son muchos los registros que quedan olvidados, a la espera de ser identificados, o bien, que están mal identificados y necesitan corrección.

A principio de agosto de 2017, me di a la tarea de revisar cerca de 8,000 registros de aves en esa situación, algunos de hace tres o cuatro años. En algunos de ellos era francamente imposible saber de qué especie se trataba, a lo más que podía hacerse era decir "Passeriformes", "Accipitridae", "Trochilidae", "Empidonax" o incluso "¿esto es un ave siquiera?". Sin embargo, en otros sí que fue posible identificar o corregir.

Cerca de 3,500 registros fueron corregidos e/o identificados a nivel de especie o género. No realicé esta labor titánica solo: la ayuda de Joshua Smith (@joshuagsmith), un joven estudiante estadounidense apasionado por las aves mexicanas, fue esencial. Varias madrugadas estuvimos "quemándonos las pestañas" frente a la computadora revisando, confirmando y corrigiendo cientos y cientos de registros.

¡Cuántos Contopus que en realidad eran Empidonax! ¡Eso no es Buteo albonotatus, es un Buteogallus! Eso parece Regulus calendula, pero es Vireo huttoni. ¡Y un montón de Selasphorus, Archilochus, Empidonax, Myiarchus e Icterus que se quedarán en género! Ni qué decir de la cantidad de registros para la planicie costera del Golfo de México de Tyrannus couchii, que podrían ser T. melancholicus (o al revés), pero ¿cómo saber sin escuchar las vocalizaciones? Además, me llevé varias sorpresas: ¿quién pensaría que sepultados estaban los escasos registros en Naturalista México del Colibrí Pecho Escamado (Phaeochroa cuvierii), del Colibrí Mihualteco (Eupherusa cyanophrys), del Mosquerito Cejas Blancas (Zimmerius vilissimus) o del Mulato Pecho Blanco (Melanotis hypoleucus)?

Esas horas de trabajo creo que valieron la pena. Me alegra saber que contribuí a mejorar la calidad de los registros, al menos para el grupo de las aves. Ahora que "voy al corriente", aún preparo mi café en las noches, el horario ideal para revisar los registros diarios: ¿qué sorpresas me deparará Naturalista el día de hoy?, ¿qué cosa nueva aprenderé? IRC.

Publicado el agosto 19, 2017 05:19 MAÑANA por ivanresendizcruz ivanresendizcruz | 11 comentarios | Deja un comentario

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